¿Alguna vez has sentido que tu percepción de la realidad te estresa?

Las distorsiones cognitivas son aquellos procesos que suceden en nuestra mente cuando percibimos una realidad y la asociamos erróneamente a unas creencias irracionales asumidas previamente como ciertas. Es decir, cuando asociamos una realidad a un significado, sentido o connotación que no tiene una relación demostrada. Por ejemplo: “Me han dejado, por lo que nunca podré encontrar a nadie que me haga feliz” .
Las distorsiones cognitivas son ideas irracionales.
Estas asociaciones, aunque son claramente irracionales, se producen en una gran cantidad de ocasiones y nos generan estrés. Para aprender a controlar el malestar que generan estos pensamientos lo mejor es identificarlos y combatirlos cuando aparezcan, evitando dejarnos llevar por apreciaciones erróneas. Existen varios tipos de distorsiones cognitivas:
- Todo o Nada: se trata de la interpretación de hechos, personas o eventos en términos absolutos y cerrados, sin considerar los grados intermedios. Se suelen usar pensamientos elaborados con los siguientes términos: siempre, nunca, todo, nada. La distorsión se produce porque el uso de estos términos no está justificado o no se corresponde con la realidad.
- Sobregeneralización: Conclusión extraída de uno o varios hechos aislados que es utilizada como norma general para situaciones relacionadas o similares.
- Abstracción selectiva: Valoración de una realidad a partir de un sólo elemento, sin tener en cuenta el resto de circunstancias que la condicionan. Generalmente el aspecto que se valora es negativo.
- Magnificación y minimización: Sobreestimar los sucesos negativos y subestimar los positivos, en este caso teniendo en cuenta ambos.
- Personalización: Atribución personal de sucesos externos sin motivo. Asumir que una persona es la causa directa de un hecho.
- Razonamiento emocional: Desarrollo de argumentos y pensamientos en base a lo que sentimos y no a la realidad.
En ocasiones desarrollamos argumentos en base a sentimientos.
- Invalidar lo positivo: Desconsiderar de forma continuada experiencias positivas de manera arbitraria.
- Sacar conclusiones precipitadas: Asumir algo negativamente sin apoyo empírico para ello. Por ejemplo presuponiendo pensamientos negativos de otros o “adivinando” consecuencias y resultados que no han llegado.
- Proyección: Proyectar en el otro pensamientos y sentimientos que no son aceptados como propios porque generan angustia.
- Debeísmo: Concentrarse en que las realidades se ajusten a unas normas irracionales que asumimos como correctas, sin tener en cuenta las circunstancias de cada situación concreta.
- Etiquetado: Asignar estereotipos a algo o alguien, en lugar de describir objetivamente su conducta. Las etiquetas suelen ser negativas y prejuiciosas.
- Sesgo confirmatorio: Sesgar la realidad de modo que encaje con ideas preconcebidas.
- Falacias: Presuponer y enjuiciar arbitrariamente sobre el control, la justicia, la responsabilidad, el cambio, la razón o las recompensas divinas.
Concha de la Torre
Psicóloga Clínica
Creadora y directora del programa DIESTRES